jueves, 3 de mayo de 2012
Mayo 02, 11 y 05 horas
El virtuoso no actúa.
El amable actúa sin interés propio; el justo actúa no desatendiendo su propio interés; el religioso actúa para reproducir su propio interés.
Si el Tao se pierde, queda la virtud; si la virtud se pierde queda la amabilidad; si la amabilidad se pierde, queda la justicia; si la justicia se pierde, queda la religión.
Las jerarquías bien establecidas no pueden desarraigarse fácilmente; las creencias firmes no pueden cambiarse fácilmente; por eso la religión permanece generación tras generación.
La religión es el fin de la virtud y la honestidad, el comienzo de la confusión; la Fé es una esperanza o miedo muy colorida, el origen de la estupidez.
El sabio actúa por conocimiento, no por esperanza; confía en el fruto, no en la flor; acepta lo que tiene, rechaza las promesas futuras.
Lao Tsé
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