Un trago de Fuser, sobre dos rocas de Bohemía, con tres gotas de Utopía...

Agitado, no revuelto…

domingo, 3 de febrero de 2013

Insomnia Nº 3: Sublimado.


Recuerdo Nº 2: In-cotidianidad


Se encontraron sus miradas en la esquina de la plaza previamente acordada;
él vestido del trashumante imprevisto y élla del día a día con la blusa cotidiana,
temblores de pieles sobre palabras que sobran con un pequeño mordisco en la boca,
entre el humo de los buses que pasan a un lado de la plaza y el frío que baja de la montaña.

Un morral yacía caliente del viaje en una posada y una computadora no fue encendida esa mañana;
unos tacones fueron a dar al asiento trasero de un auto y un par de botas servían de almohadas,
el viento acariciaba la grama al unísono que las manos buscaban las mejillas sonrojadas,
el ruido era acallado en el tambor batiente de los pechos y los susurros que incitaban la jornada.

Fue un redescubrirse y reinventarse en lo cotidiano de los pasos que inauguraban la calzada;
el vino, las manos vacilantes bajos lo manteles, los besos robados al final de la mañana,
el café a un nuevo punto de ebullición, los ladridos de los perros, el sol haciendo crecer la hierba,
el ruido de los estudiantes, el aire, todo era distinto, aun y cuando fuese pensada como cotidiana.

La neblina baja y surge la lluvia y tal como fue soñado el atardecer en aquella calzada,
los amantes no se reducen por el líquido que acerca sus cuerpos y trata de enfriar la jornada,
por primera vez, o quizás no, no lo recuerdo, resulta mejor hacer el amor bajo la lluvia,
todo cortesía del viento nocturno del páramo que riega de vida hasta la mas oculta entablada.