Permíteme esta pieza...

Sólo dejate llevar... Sólo escucha... Tus caderas, la clave y los timbales...

Sólo dejate llevar...

Joven viejo, viejo joven.

Una ruta ya gastada por el tráfico,
un lento camino que me hace repasar
de mirada a mirada, de cara a cara,
quienes me acompañan en mi viajar.

Poso mi mirada en una mujer muy joven,
que al lado de un viejo viaja, y que en el silencio de ambos
no hace otra cosa mejor que pensar y llorar;
flaca y fina como ellas, de lentes y mirada en el pasado,
no me produjo otra cosa mejor que recordar
a dos historias de mi pasado,
personajes entrampados en un mismo ovillar.

La joven baja en instituto de estudio a la orilla de la carretera,
se desocupa un puesto y me dispongo a pensar
en esas vueltas que el destino
te hace a las historias volverlas a mirar.

Una portada de libro fué la escusa
para adentrarnos en las locuras de ciertos personajes
que por la historia de la humanidad pasaron
y que más de una vez me hicieron pensar.

De allí fué hablar de Jesús El Palestino,
de sus amores con Magdalena,
la prostituta que todos quisieron a pedradas con ella
todos sus pecados en su cuerpo golpeado limpiar.

Hablamos del hijo de ambos
y de la sepultura de ése Varóm en Limpias,
hablamos de las jugadas de la iglesia,
de los evangelios y de nuestra mutua incredulidad,
no basada en fanatismos sino en estudios,
aquellos que todo bohemio realiza al calor del cigarrillo
con olor a vino, en la madrugada y a media luz el desvelar.

Hablamos de Bolívar y su asesinato.
De Migkelk, aquel que los católicos volvieron arkangel
y que no es más que un maestro metalúrgico que del Paraguay
hace cuatro mil años a Fenicia fue a parar.

Clase de etnología de un ingeniero sin título,
clase de historia y filosofía de un biólogo sin patente.
Escollos que fueron entre el oleaje saltados uno a uno,
entre ese mar de carros con un solo transitante
que era la autopista hoy como de cotidiano.

Hasta caer en la nacionalidad chilena del sabio anciano
y fué un solo click en mi mente, uno fue el sumar y el restar.
Joven de Izquierda Viejo, Viejo de Izquierda Joven,
dos bohemios utópicos a la misma hora y transitando por el mismo canal.

Cigarro en silencio.

Aquel...
el de los ojos verdes
y hablar extraño entre dientes.

Aquel...
el lector de libros raros en voz alta
en mesas de mantel blanco y copa de agua.

Aquel...
el de los alambiques y matraces,
el de moscas y platehelmintes.

Aquel...
el de conversaciones extrañas
con extraños personajes del camino.

Aquel...
el de amaneceres entre cigarrillos,
el de cutres hoteles capitalinos.

Aquel...
el de la larga caminata
entre ciudades y montes.

Aquel...
el de luchas utópicas,
el de encendido discurso.

Aquel...
el de boina negra a la izquierda,
el de libro rojo en la derecha.

Aquel...
el de lente rápido,
el de miradas humanas.

Aquel...
el que la tempestad, la montaña y una mujer
le borro la risa.

Aquel...
el que de joven delfín,
el que de viejo tritón.

Aquel...
de los versos de improviso,
el nunca recordado por lo dicho.

Aquel...
el de la mirada profunda,
el seductor de cuellos y entrepiernas.

Aquel...
el etnólogo de las aceras,
el biólogo debajo de los puentes.

Aquel...
el que aprendió a reir de nuevo,
el de imprevista tarde, imprevisto beso.

Aquel...
que se convirtió en teclado,
por un espejismo de gasa y terciopelo.

Aquel...
el que en silencio se marcha,
el que de incógnito se despide.

Aquel...
el de siempre...

Silencios.

El viento pasa raudo agitando las dunas,
mis ojos se llenan de arena
al igual que mi entrepierna,
y van pasando los minutos y las horas
y ya se comienzan a suceder las lunas.
Camino el desierto que te has vuelto
cuando tus lienzos se los ha llevado el viento,
tu velo ha caido y solo queda el desierto.
Cuidaré que no me tragen
las arenas movedizas de los recuerdos.

He sido mar en tus oidos y en tus ojos,
salobre agua de voces y recuerdos,
de mí ha manado este mar
el cual debes y tendrás que surcar.

Los recuerdos se te agitan
entre contradictorios pensamientos,
avivando así los bramidos de la tempestad
en que se te han convertido los recuerdos.

Camino/Navegas
y transito bajo el agobiante calor,/y te dejas llevar por el viento,
por este desierto/surcando este mar
que me dejan tus hechos./que te dejan mis recuerdos.
Busco ahora/Te alejas
en el silencio/en el silencio
La Utopía que de tí/de La Utopía que de mí
ha sido espejismo/tus contradicciones y hechos
que se ha llevado el viento./hoy te llevan con el viento.

Bramidos absurdos frente al silencio.

Confesión desvelada.

Mujer, que de velos cubre
los más inspirados sueños,
las más profundas decepciones,
los latidos más rápidos,
los deseos más perversos,
y la lujuria más perfecta.

Mujer, que de pluma escribe
las letras que a mi alma extravían
en sobresaltos de cotidiano,
que en frases de doble filo
cortas en dos mis argumentos.

Usted, mujer de los velos que desde sus primeros escritos le sigo...
Usted, mujer de los velos que hasta sus últimos escritos he vivido...
Usted, mujer de los velos de arpegios libres...
Usted, mujer de los velos que de papiros de electrónicos mares
espero ancioso el próximo post que me hará elevar o recaer...

Morbosa y punzante pluma,
excelsa y quirúrgica escritora,
que devana mis sesos, pensamientos y alma,
al paso de cada uno de sus escritos.

Hoy quiero ser el que confiese,
hoy día que celebra su persona detrás
de ese teclado que aguanta
los más rápidos y duros dedos que he visto.

Porque hoy no quiero ser el hombre,
quiero ser el hombre que le lee,
y hasta también quiero ser la mujer que le lee;
más allá de lazos, e historias vividas,
más allá de realidades,
y de papiro virtual a papiro virtual.

Hoy quiero confesarle Ella,
que de platónicos sentimientos
a causa de sus escritos
mi alma bohemia sufre.

Hoy quiero confesarle de música a música,
de foto a foto,
de post a post,
que éste Fuser le ama.

Que Ella es su inspiración
para su cutre bar entre boulevard y callejón.
Que Ella es su razón para el 66,6666...% de sus posts.

Hoy quiero confesar a mi confesora y confidente,
de pluma a pluma,
de escrito a escrito,
de bloguero a bloguera...

...que además de éstas copas,
quiero compartir mi pluma
y hasta mi bar con Usted.

Para tí...

...la mujer que recostada a una columna conocí.
A aquella que entre cafés de atardecer
me reveló su historia y sus sueños.
A aquella del paseo hasta su casa,
a la de latidos encubiertos en nerviosa risa.
A aquella a la cual solo pude ocultar los míos
con un argumento de psicología barata.

...la mujer que mi alma en carrera
a su cuerpo necesitaba por primera vez sentir.
A aquella mujer que por necesidad de cruzar nuevos caminos
tuve que adquirir nuevas botas aptas a todo terreno.
A aquella mujer de confesiones de izquierdoso y soñador bohemio
entre cafés de un sitio nuevo y calmado
al cual siempre quiero volver,
y que en caminata me hizo doblegar mi ego
y confesar también que no estaba listo.
A aquella mujer que entre juegos de mensajes de mobil
me acorraló ante la mutua necesidad
"de una tarde peliculera y hogareña".

...la mujer por la cual adquirí el primer y único DVD que tengo,
para la única escusa de estar a solas con ella.
A aquella mujer virginal, primeriza y asustada,
que su sola presencia a mi cuerpo hacía temblar.
A aquella mujer, la única que le he declarado mi amor,
el mejor primer beso, el único que es digno de recordar.

...la mujer que me entregó su inocencia,
de la que de su vientre me hizo esclavo,
de su boca adicto y de su piel reincidente.
A aquella mujer por la cual he conocido el llanto,
he sufrido un guayabo con sabor a ron y a Daniel Santos,
que me ha hecho amarla en el viento y la lluvia,
ser confidente de la Luna, admirador de las estrellas,
amante de aceras y adoquines de boulevares transitados.
A aquella mujer que por más que me diga para irse,
o a la cual más le mienta para irme,
no me permite ni le permito despegarnos.

...la mujer de larga cabellera azabache,
de ojos entornados en cuadradas gafas,
de alta y esbelta figura,
de elegante y sensual caminar,
de conservadora vestimenta,
de tacones altos y zapatillas planas,
de dos carteras, dos potes con agua y dos brazaletes,
de orejas sin perforar y de aretes de presión,
de delicados y pequeños senos,
de cintura menuda y amplia y modélica cadera,
de uñas color vino tinto en sus pies,
de anillos y un anillo para mí demasiado especial,
de sonrisas hacia abajo y hacia arriba,
de ironía profunda en su ceja arqueada,
de boca, lengua y dientes que me hacen extasiar
hasta en el más profundo mordisco y experta ...,
de movimientos sin iguales,
de profunda pasión desde su teclado hasta sus ideas.
A aquella mujer que me ha hecho romper el record
de rupturas y regresos, e invicta se encuentra en mi alma y sentimientos.
A aquella mujer que es mi inspiración, mi sueño, mi orgullo, mi razón, mi llanto, mi desespero, mis gritos, mis ayes, mis plegarias, mis escritos, mis miradas a la luna, mi acariciar fotos borradas, mi leer escritos de doble filo, mi querer aprender a bailar y a patinar, mi querer cambiar sin dejar de soñar, mi locura, mi lujuria, mi complemento, mi todo, mi amor, mi utopía...

...la mujer que hoy es de 24, más que decirle un feliz y mediocre cumpleaños, más que desearle cualquier deseo, o regalarle cualquier cosa comprada. A ella le doy mis sueños, mis brazos, mis manos, mi mente, mi voz, mi abrigo,
mi incondicionalidad, mi amor, todo yo. A tí todo.

...que eres mi Utopía de mujer,
con nombre y apellido, teléfono y dirección,
con rostro de angel, sonrisa de demonio,
olor a hule y añil, y sabor a Diosa.