Se busca un lugar...

Busco un lugar lo suficientemente grande para que quepan nuestros egos...

Busco un lugar lo bastante alto para que los sueños no realizados no hagan doler la cabeza...

Busco un lugar lo necesariamente profundo para que nuestras contradicciones se vayan por un abismo insondable...

Busco un lugar amplio para que nuestras historias no se tropiecen con nosotros...

Busco un lugar cercano al metro para no llegar tarde...

Busco un lugar donde sirvan un excelente vino para ser los tontos que podemos llegar a ser...

Busco un lugar al que no vaya mucha gente para llorar si es necesario...

Busco un lugar con muchos percheros donde colgar esas telas que ocultan los verdaderos deseos...

Busco un lugar callado para decirnos esas cosas que nos necesitamos decir...

Busco un lugar en penumbras para que nuestras manos se encuentren debajo del mantel...

Busco un lugar limpio que no nos haga recordar tantos errores cometidos...

Busco un lugar con platos de nombres extraños para ver arquear tu ceja...

Busco un lugar con musica lenta y suave para que demos algunos giros sobre la pista...

Busco un lugar extremedamente pequeño para que todo lo que sobre quede por fuera...

Busco un lugar privado para calmar nuestra sed...

Busco un lugar que nunca cierre para desayunar...

Busco un lugar donde podamos volver a hablar...

Si encuentras ese lugar o cualquier otro no dudes en avisar, se te recompensará con un libro de historias varias de reciente edición...

...ritimda eb oladaca ,arodagitsac alle hO

...leiq us roq arroc eup auga sam roq
,sav et on eup ,amora hO
...arotircse añin ,hO
...lanif la naczeraqa eupnua ,sefargìpe sol reel a ednerpA
...ogitnoc se ,ìs Y

Caminos.

Larga vereda la que transitas,
recuerdo que te agotas,
sueño que te comienzas a aclarar,
interrogante que te empiezas a despejar.

I
Ostinada tarde, funesta ecuación,
esta sed de hoy no es de los dos.
no había lugar a otra decisión.
Y así los aleteos sean parecidos,

así que de otra boca mejor bebed.
mas que mueras de sed,
Ya no hay nada que hacer:
Mirada explayada, recuerdo de un ayer.

No sé qué deparará tu azar y el mío,
no sé si se picará el mar o cambiarás de atavío,
lo que si sé que de tu cuerpo impío:
yo de nuevo no me fío.

II
Dulce tarde, dulces besos, dulce mirar.
Dulce sentir, que entre libreros y pinceladas
te he de recordar.

Carpe diem heredado, que dulce me has resultado,
ya no destruyes las dulces veladas,
ya que sólo tu recuerdo he consumado.

Sólo de recuerdos soy dueño, sólo de recuerdos soy testigo,
porque no hace falta de otras cosas,
basta con ser amigo.

III
¿Donde estabas que no te había visto?
¿O será acaso que no lo había previsto?

Del reflejo de tus ojos me he percatado,
el compartir me ha abofeteado.

Ítala musa de catalán acento y caraqueño aliento:
¡que mezcolanza hay en todo esto!

Dos caminos que se cruzan

dos miradas que se buscan

piernas que se entrecruzan
entre dolores que nos juntan.


.rater satnetni em eup
adajicurcne lireuP !hO¡
.sàrev em odnatibem
,oev em obnatibeM
.otisnart olos ,ocsuder em olos
oyah em olos ,ortneucne em oloS
efargìpE

Pecas on Bohemian (Recuerdo de un amor)

M e h e v u e l t o h u m o . . .

cenizas

que

c

a

e

n

y revolotean
por doquier...


Soy humo que se filtra buscando tu encuentro,
y en la oscuridad de mis sueños te hallo...


Me consigo con tu espalda, desnuda, blanca como mi Utopía, sin manchas...

Me torno hombre que esgrime la pluma, y dibujo en ella pecas desconocidas.

Te recorro lenta y suavemente,
por completo... Allí... acá...

más allá...

recorro tu cuerpo

dibujando nuevas huellas, a tu espalda...

nuevas huellas... las mías.

Y la luz se hace... oro que

c

a

e

en rizos sobre tu espalda...

...Mujer de voz cálida y madura que de nuevo me despiertas, tu risa libre me invita a revivir mi bohemio ser...

Espalda que te arqueas extasiada al paso de mi pluma con estas letras...

...Morbo...
...suave, con suavidad de aquellas que son extremas... Como pintando recorro tu espalda en un lienzo de piel...

Y surge de pronto, entre tu blancura de armiño y mis palabras vueltas tus pecas: tu olor. Aromas de vainilla y azahar se entremezclan con la canela de mi boca, el eucalipto que exuda mi cuerpo... El agridulce de mi éxtasis...

Blanca paloma de olores y sabores nuevos, de sensaciones y pensamientos libertarios... Detén por un momento tu errático vuelo, sé más que voz y conviértete en verbo, adjetivo...

Dispuesto a volar hasta los mismos confines... Aquí te espero.

Libre Albedrío (Recuerdo del futuro)

Las hojas caen sin ser otoño, un domingo cualquiera de muchos domingos en que he vivido tu ausencia.

Caobos que se desnudan de sus hojas muertas mustias que resuenan a cada paso, que retumban en mi alma.

No hay lugar a cafés de Ateneo, no hay pasear por calles solitarias o atestadas de rumor de vida, rumor de gente.

El ruido parece silencio, ya no es otra cosa.

A veces, el azar se empeña, y muchas veces nosotros nos empeñamos en ir en sentidos contrarios: Un carro azul que pasa contigo de paseante, yo que iba retando al azar con la últimas cartas de una partida ya perdida.

¿Qué toca? ¿Llorar cien lunas más? Me opongo rotúndamente. Hay que vivir el día, éso me enseñaste.

.../...

El Azar en el año 2019, mes de septiembre, día 17, nos pondrá en la misma acera, a la misma hora y al mismo paso. Nos veremos, reiremos de lo pasado. Verás mis canas, veré las tuyas, grasa aqui, grasa allá, y ya tus cachetes te harán parecer a tu madre. Serás bella en mi recuerdo, y serás bella ese día en el cual nos tomaremos un café donde años atrás había una tienda de discos en la cual nunca entramos.

Y se cumplirá mi profecía, no importará con quien andemos, ni los hijos que tendremos... Porque ése día nos pertenecerá a nosotros; recordarás que me amaste y recordaré que te amé. Por algunas horas la Caja de Pandora se abrirá, y volveremos a ser el punzante placer que tanto nos deleitó.

Y sólo allí, sólo en ese momento comprenderás lo que es amar en libertad. Comprenderás mi libertario transitar, y recordarás tu liberal vuelo. Porque ése es el misterio de la Utopía. Sólo siempre falta del libre albedrío de aceptarse como libre para asirla y actuar en consecuencia, sin remordimientos ni dudas, sin cobardías.

.../...

Posdata: Hoy escuché una canción, creo que se llama: Los olores del Amor. Pensé en tí.

Despecho en burdel caraqueño (Semificción breve)

Caminante errante, quien pisa la acera muchas veces transitada.

Luces que lo invitan a pasar y refrescar su garganta, a libar de oscuridades...

Barra medio vacía, la mesa no está aún servida.

Aquí y allá surgen las sombras, van llegando a la espera del festín de piel, bocas dispuestas a cambio de platino.

Ginebra pide el Transeúnte al pingüino de la barra, que por no tener frac no deja de ser pingüino.

Fantasma que irrumpe de la calle dispuesto a dar su espectáculo. Vestida de blanco y negro surge la figura que pasa por detrás de la barra, ojos con llamaradas verdes la escrutan entre reflejos de luces violeta y de roja granadina. El azar dispuso que ambos estuvieran sedientos del mismo licor, ardidos en sus pequeñas tragedias.

Beso que vuela en medio de la música con su respectiva respuesta.

-Estás sólo...

-No, ya no, te esperaba a ti...

Mirada de reflejo Azabache se cruza con profundidades. Lenguas que se enredan, dientes que entremuerden juguetones bocas desconocidas. Poco importa quien sea el Transeúnte, Azabache lo que quiere es silenciar lo que porta su alma: profundo desamor, desdén, soledad. Si, Magdalena también sufre de despecho.

Conversaciones tontas, mentiras blancas, éso no interesa. Cuando almas se encuentran en su soledad poco importa qué hablen, son otros los verbos que se hablan, verbos del dolor que hay que acallar a costa de lo que sea.

-Un servicio de Ginebra Joaquín...

Y se dispone a ser deseo y a la vez camarera, narradora del dolor que la desgarra. Esa noche no fue Azabache quien oyó de historias, fue élla la paciente del Transeúnte. Una, dos..., se sucede el tiempo, entre miradas y jugueteos, entre recuerdos y provocaciones... Entre los humos que espelen sus dedos, entre los vapores que surgen de sus entrepiernas, se va armando una extraña historia, de momentos, de minutos, de adrenalina que es la única droga que mata la decepción.

-Ya vengo... dice de pronto Azabache. Comienza la música, comienza su baile... El piso, el tubo, sus propias manos son el Transeúnte, aquel extraño salido de quién sabe donde, pero que la invitaba a alejarse de sus dolores... Entre aplausos y erecciones termina el performance, recoge su escasa ropa y se aproxima a la barra para vestirse. Toma su abrigo, lanza una mirada a su nuevo amante, y sale del burdel caraqueño de la calle muchas veces transitada. Y con ésta silenciosa invitación, el Transeúnte en medio de la estupefacción de sus vecinos, paga la cuenta y también sale.

Nadie supo que ocurrió después, todo fué chisme, todo fué elucubración. Un testigo al día siguiente, mientras contaba la historia vió pasar a Azabache, depositar su abrigo por dentro de la barra y dirigirse al viejo con el trago de whisky nacional por importado como cada noche, pero ahora sin el dolor de la víspera. Una nueva ilusión latía en su alma.

Invitación...

La barra está servida, las mesas también.
Cada copa de cristal de bohemia limpia con esmero.
Cada cenicero en espera de los transeúntes que deseen volverse humo.
A disposición cada botella del vino de la cosecha que prefieras.
Las luces encendidas a media luz para propiciar encuentros.
Las sillas y taburetes en espera de los personajes y sus historias.
La puerta se abre y te invita a pasar...
Cortesía de la casa: Un trago de Fuser, con dos rocas de Bohemía y tres gotas de Utopía.
Agitado, no revuelto...