Hoy,
que deja ver tres luceros en el azabache de la noche y otro alejado mas allá.
soy el cuerpo que yace en esta hamaca lleno de amor vacío.
Ya no soy la palmera que se deja doblar en el vendaval por la ráfaga de la Utopía.
Ya, tan sólo soy, arrugas, canas y cicatrices.
Soy apenas, la mirada en espera del alba.
Sólo fuí, la sombra ausente de un lecho en desorden.
Hoy,
solo soy,
el alfil ausente de una caja de peones.