viernes, 14 de enero de 2011
De estrellas y olvidos
Es algo muy serio rechazar una estrella, un idiota de seguro ni se daría de cuentas.
Es tan perjudicial, como perderse el atardecer embotellado en el tráfico, o la brisa acariciando los chaguaramos en la madrugada de los amantes.
Es algo tan serio, como no leer el poema aquel, no entender la sonrisa aquella y no volver a sentir ése abrazo, hijo del orgasmo nacido del amar.
Pero es que es tan serio, como el arcoiris, que ya no se posa en ésta ciudad de ilusos, porque sencillamente se han negado a soñar.
Como el espectáculo del pecho de la madre, como dos abuelos tomados de la mano en la calle.
Por eso, devuélveme la rosa blanca que dejé a tu cuido, y yo regresaré todo lo que dejé en el olvido.
Regresa, a todas las utopías que aún aguardan en su nido; y yo, olvidaré el pecado que hemos cometido.
sábado, 8 de enero de 2011
Frente a un recuerdo
Pareciera que estoy viejo, y llega a mis oídos las voces que lo cantan, yo me siento en mis quince o en mis veinte, y aún cuando me leas ya contando cenizas estaré ardiendo, nazco cada vez que abro mis ojos y muero cada vez que los cierro, soy llama que arde cuando los otros son solo estiércol.
Pararse en un recuerdo frente a otro recuerdo, misma hora mismo viento.
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